Importar en el siglo XXI: mitos, oportunidades y el papel estratégico del agente de carga
- bryanorjuela7
- 26 jun
- 4 Min. de lectura
En un mundo cada vez más interconectado, importar en el siglo XXI debería ser sinónimo de crecimiento. Sin embargo, para muchas empresas, especialmente aquellas con estructura, logística y visión suficientes para expandirse, el miedo a importar sigue siendo real. Ese temor, más común de lo que parece, tiene causas comprensibles: el entorno normativo, los procesos aduaneros, el control de documentación, los costos ocultos, la volatilidad en los fletes y las sanciones por errores, hacen que, para muchos emprendedores y empresarios, traer mercancía del exterior parezca una tarea intimidante.

Lo cierto es que sí: importar no es solo comprar. Es entender un ecosistema que va desde clasificaciones arancelarias hasta la trazabilidad logística internacional. Pero bien asesorado, ese temor se disuelve. Un proceso que parece abrumador se convierte en una operación constante, casi automática, dentro de la cadena de abastecimiento. Así lo experimentan día a día los clientes de Intramar Shipping, que han transformado sus importaciones en una ventaja competitiva gracias a una gestión estructurada, legal, rentable y, sobre todo, sostenible.
Un mito que debe desmontarse es el que equipara compras en plataformas como Amazon, Alibaba, Temu o Shein con la importación empresarial real. Aunque estas plataformas permiten adquirir productos del exterior, su operación responde a esquemas de paquetería internacional o courier, limitados en valor, peso y cobertura legal. No permiten facturación con fines comerciales, ni aplicar beneficios fiscales o tributarios, ni mucho menos escalar operaciones con seguridad jurídica y logística. En cambio, una importación estructurada permite acceder a materia prima o producto terminado con cobertura, planificación y respaldo. Es la diferencia entre una compra individual y una estrategia empresarial de abastecimiento.
De hecho, es común encontrar ideas equivocadas como pensar que:
“Comprar en Alibaba equivale a importar formalmente”. Falso. La mayoría de las operaciones en Alibaba se hacen bajo esquemas courier o muestras comerciales que no cumplen con los requisitos aduaneros para comercialización en Colombia.
“Amazon se encarga de todo”. Aunque Amazon facilita la entrega puerta a puerta, lo hace en calidad de consumidor final y no como importador. No hay DIAN, no hay declaración aduanera, no hay legalización, por lo tanto, no hay respaldo para una empresa que busque revender.
“Shein es más barato que traer en contenedor”. A corto plazo puede parecerlo, pero cuando se consideran los volúmenes, tiempos, tributos y la necesidad de control de calidad, importar de forma estructurada resulta más rentable y sostenible.
“Paqueteo evita impuestos”. En muchos casos, elusión no es lo mismo que exención. El no pago de tributos bajo estos esquemas puede exponer a sanciones si se usan con fines comerciales o se supera el umbral permitido.
Estos malentendidos terminan afectando el crecimiento de empresas que, sin saberlo, se quedan en esquemas informales por miedo al proceso estructurado. La realidad es que las importaciones formales abren la puerta a la expansión real del negocio, generan empleo, contribuyen al país y permiten escalar.

Este contraste es clave en el actual contexto global. El comercio internacional está en transformación. Las rutas marítimas tradicionales han enfrentado presiones inéditas. El Canal de Panamá, por ejemplo, ha reducido su capacidad operativa a raíz de una crisis hídrica derivada del fenómeno de El Niño, que ha obligado a limitar el tránsito de buques y escalonar el paso según tipo de carga y tamaño del navío. Esto ha generado cuellos de botella logísticos, incrementos en tiempos de tránsito y nuevas presiones sobre tarifas, especialmente para países latinoamericanos que dependen de esta vía para conectarse con Asia y Norteamérica.
A ello se suma una tendencia mundial de revisión y ajustes arancelarios, producto de tensiones geopolíticas, inflación logística y renegociaciones comerciales entre grandes bloques. Países como Colombia deben navegar estos cambios con inteligencia: aprovechar los tratados vigentes, diversificar sus proveedores, y, sobre todo, contar con asesoría profesional que permita evitar contingencias y convertir las oportunidades en acciones concretas.
Frente a esta reconfiguración global, Suramérica también responde con dinamismo. Se han impulsado nuevos desarrollos portuarios en Brasil, Perú, Chile y Uruguay, buscando descentralizar cargas, diversificar rutas y atraer inversión logística. Esto representa una oportunidad histórica para el continente, que puede convertirse en un eje de tránsito estratégico entre Asia, África y América del Norte.
En este mapa, Colombia, y particularmente Cartagena, ocupa un lugar privilegiado. Cartagena no solo es el puerto más eficiente del país, sino uno de los más destacados del hemisferio occidental. Con conexiones a más de 750 puertos en 140 países y operaciones 24/7, Cartagena ha logrado consolidar su posición como un hub de clase mundial gracias a su ubicación geoestratégica y su capacidad de adaptación a las nuevas exigencias del comercio global. Desde Intramar Shipping, trabajamos en coordinación directa con terminales portuarias, aeropuertos, navieras y aerolíneas, lo que nos permite ofrecer información de primera mano, prevenir congestiones, optimizar espacios y garantizar cumplimiento en cada movimiento.
Hoy, Colombia da señales claras de integración logística. En 2024, el país movilizó 944.237 toneladas de carga aérea, consolidando a El Dorado como el aeropuerto de carga más importante de América Latina. Por vía marítima, más de 1,5 millones de TEUs (contenedores de 20 pies) fueron gestionados, siendo 501.952 exclusivamente de importación, lo que representa un crecimiento del 15,1% respecto al año anterior. Esta dinámica confirma que, lejos de desacelerarse, la logística global sigue en expansión, con nuevos actores, más tecnología y mayor protagonismo regional.
Importar no es un lujo. Es una herramienta legítima para construir competitividad. Para las PYMEs, hacerlo bien puede ser el paso definitivo hacia su consolidación. A través de importaciones bien asesoradas, pueden acceder a maquinaria, materias primas, tecnología, empaques y productos terminados que no solo optimizan su operación, sino que aumentan su propuesta de valor, mejoran márgenes y fortalecen su presencia en el mercado.
Intramar Shipping convierte la incertidumbre en ventaja. No solo gestionamos la logística; acompañamos el pensamiento estratégico de cada cliente. Desde la identificación del proveedor en origen hasta la entrega final en Colombia, ofrecemos un proceso transparente, legal, eficiente y personalizado. Nos alineamos con los objetivos de cada empresa, entendiendo que importar no es solo mover carga: es construir país.
La globalización no se detiene. Hoy más que nunca, el que se atreve a importar con visión, crece. Y nosotros estamos aquí para guiar ese crecimiento, paso a paso, kilo a kilo y contenedor a contenedor.
Escrito por:
Joan Sebastián Payares Bejarano
Comex & Pricing Director






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